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Aprende a cosechar los beneficios de la simplicidad en el trabajo y en el hogar.



¿Alguna vez recuerdas los “buenos viejos tiempos” cuando el teléfono de tu sala de estar y el buzón de correo frente a tu casa eran las únicas formas de comunicarte contigo desde lejos? ¿Cuando las cosas eran más simples?
Hoy, eres accesible básicamente en todas partes imaginables. Recibirás correos electrónicos en tu computadora portátil, mensajes de texto en tu teléfono inteligente, mensajes de Facebook a través de tu tablet, y quién sabe lo que vendrá después.
No se puede negar: aunque la tecnología ha facilitado muchas cosas en nuestras vidas, cada nueva tecnología, cada actualización, cada nuevo dispositivo e invención, agrega un cierto grado de complejidad. Entonces, ¿no hay escapatoria?
No te preocupes, la hay. No sólo podemos tratar de hacer las cosas simples, a menudo, en realidad tenemos que (si no es para hacer dinero, entonces por lo menos a mantener la cordura). De hecho, la simplicidad, en lugar de la complejidad, es a veces incluso el secreto del éxito de un producto.
Pero no solo las empresas se benefician al simplificar las cosas: al simplificar nuestras vidas privadas, podemos asegurarnos de que disfrutemos mucho más de ellas.
En estos escritos descubrirás:
- Por qué tu control remoto es tan pequeño.
- Por qué las personas compran teléfonos elegantes y simples pero accesorios extravagantes.
- Por qué vale la pena pedirle al chef su recomendación personal.
- Por qué la simplicidad puede arruinar la manera en la que duerme tu doctor.