Los sistemas de deuda y crédito.
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Los sistemas de deuda y crédito han existido desde el comienzo de la historia humana registrada.
Los libros de texto de historia económica nos dicen que los primeros intercambios humanos se basaron en un sistema de trueque. El dinero se inventó únicamente para facilitar el trueque; más tarde, se introdujo la idea de crédito.
Sin embargo, no hay evidencia real de que el trueque haya precedido al dinero. En la mayoría de las sociedades preindustriales modernas, el trueque solo se realiza entre extraños.
Los Pukhtun del norte de Pakistán, por ejemplo, son famosos por su hospitalidad, pero utilizan una forma de trueque llamada adal-badal para aquellos con quienes no tienen obligaciones sociales.
Esto es algo intuitivo. Cuando un miembro de la familia o un amigo cercano le pide algo, ¿comienza a conspirar sobre cómo puede beneficiarse de la transacción? Ciertamente no; pero la economía clásica lo haría de otra manera.
La teoría económica en realidad lo tiene al revés. La antropología nos enseña que la gente usaba dinero virtual (crédito) mucho antes de los inventos de la moneda o el trueque.
El dinero virtual ya estaba en uso en la antigua Mesopotamia, alrededor del 3500 a. C. El Shekel funcionaba como el sistema de contabilidad único y universal, pero la mayor parte de la plata que sustentaba este sistema monetario primitivo estaba celosamente guardada en los tesoros de los templos y palacios.
La sociedad también mantuvo un tipo de cambio entre shekels y cebada, el cultivo básico. Las deudas e impuestos se cargaban generalmente en shekels, pero se pagaban en cebada.
A pesar de la evidencia antropológica, el mito del trueque persiste, ya que es fundamental para la disciplina de la economía. Va de la mano con el supuesto de que todos los individuos están interesados en maximizar las ganancias y que un individuo es capaz de asignar un valor abstracto a cualquier cosa.
En realidad, esta tendencia a ver el mundo en términos de valor de cambio no es natural, sino producto de un proceso histórico específico.