El cultivo de alimentos.
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Métodos más eficientes para cultivar alimentos, como la agricultura urbana, reducirán en gran medida la necesidad de recursos naturales y tierra.
A medida que la proporción de la población que vive en las ciudades continúa aumentando y la cantidad de tierra adecuada para el cultivo disminuye, la distancia a la que enviamos los alimentos continúa aumentando.
En los Estados Unidos, por ejemplo, la distancia promedio que recorren los alimentos es de 1,500 millas, pero una comida de diferentes ingredientes podría ser fácilmente cinco veces esa cantidad. En un mundo de escasos recursos, este tipo de práctica parece insostenible, pero es difícil de resolver a medida que nos alejamos de donde se cultivan nuestros alimentos.
Aunque en una escala mucho menor, el ejército de los Estados Unidos enfrentó un problema similar al alimentar a sus tropas en el Medio Oriente. Debido al terreno y la ubicación, no podían enviar alimentos frescos y se vieron obligados a desarrollar métodos para producir cultivos sin acceso a un suelo fértil.
Como resultado, desarrollaron hidroponía, un sistema de plantas en crecimiento suspendidas en un fluido rico en nutrientes. Desarrollos posteriores lograron mayores eficiencias con la aeroponía, donde las plantas y los cultivos se alimentan a través de gases en el entorno circundante. Estos métodos no solo eliminaron la dependencia del suelo fértil, sino que también redujeron en gran medida la cantidad de agua dulce requerida. La agricultura actualmente representa aproximadamente el 70 por ciento del agua dulce que utilizamos; la aeroponía necesitaría solo seis por ciento.
La implementación de tales sistemas de cultivo reduce la necesidad de tierras cultivables, lo que crea la posibilidad de una agricultura urbana o vertical. Podríamos construir estructuras urbanas, especialmente diseñadas o adaptar viejos edificios de varios pisos, lo que prácticamente eliminaría las distancias de transporte y liberaría vastas áreas de tierra.
Estas granjas urbanas, además de proporcionar cultivos de plantas, también podrían incorporar sistemas de acuicultura, lo que significa que los peces y mariscos podrían ser cultivados en las ciudades. Esto no solo daría a las reservas de mariscos sobrepescados un descanso de recuperación muy necesario, sino que también proporcionaría nutrientes para las plantas.
Al emplear tales métodos en o cerca de los centros de población, podríamos eliminar o reducir en gran medida muchas de las ineficiencias de recursos del sistema actual.